Francisco Javier Floro es Head of Customer Success en Bigle Legal. Licenciado en ADE, titulado superior en gestión comercial y marketing, padre de dos hijos y esperando al tercero, ha ganado una amplia experiencia en el sector legal tech, habiendo trabajado en compañías de la talla de Thomson Reuters y Lefebvre. Con solo 42 años es el más veterano de Bigle Legal, por lo que aporta todo su conocimiento a una empresa que está escalando y compite a nivel europeo con otros CLM.

Bigle Legal ha tenido una evolución muy potente desde que hablamos con ellos en el Congreso de la Abogacía en Valladolid en 2019. Esta evolución se refleja perfectamente comparando el perfil de su Twitter de entonces, que rezaba “Empodera a tu equipo con la automatización de documentos de la siguiente generación y te permite crear documentos legales sin error 20 veces más rápido”, con su Twitter de 2022, en el que han cambiado ‘automatización de documentos’ por ‘contract lifecycle management’.

Francisco Javier, entiendo que no habéis renunciado al concepto de automatización documental, porque el CLM es una evolución muy lógica de esa automatización…
Efectivamente. Antes de contestarte, te hablo con un poco de la historia de Bigle Legal, que nació en 2017. Alejandro Esteve, su fundador y CEO, era abogado en un despacho potente. Tenía un perfil muy orientado a un futuro como socio, y lo que más le gustaba era negociar con los clientes. Pero aún así la tarea a la que dedicaba más tiempo era a la generación de contenidos. Es decir, le encantaba crear acuerdos, pero estaba obligado a revisar la documentación de ese acuerdo punto por punto. Al darse cuenta de esta necesidad, empezó a investigar el mercado en busca de herramientas que le ayudaran en este tipo de tareas. No encontró nada, y fue entonces cuando se dio cuenta de que había un nicho de mercado muy importante. Compartió con su hermano Sergio esta idea y coincidieron en la misma visión, por lo que ambos decidieron abandonar sus prometedoras carreras profesionales para empezar esta nueva aventura de Bigle Legal.
No tenían conocimientos de programación ni de código, por lo que decidieron buscar un tercer socio tecnológico. Tras un par de malas experiencias, conocieron e incorporaron a Daniel Tomás, actual CTO de la compañía, que también era un reconocido arquitecto de software en la gran banca. Con él empezaron a construir la primera versión, que era pura automatización de documentos para una generación rápida de los mismos. Su primer enfoque fue hacia los despachos de abogados, territorio que conocían, aunque una de las características que tiene Bigle Legal es la adaptación a la casuística en todo tipo de empresas.
¿Os consideráis una plataforma no code, o en su defecto low code? Ya sabes, ese tipo de plataformas que están muy en boga mediante las cuales el usuario puede llevar a cabo diseños o automatizaciones sin tener conocimientos informáticos de carácter profesional.
Así es, nos consideramos expertos en el campo de la automatización de documentos no code. Es la base de nuestro modelo, apoyados en el lema «Legal Operations Made Easy»
Tengo que decirte que el feedback que nos llega de profesionales de todo el mundo es francamente positivo, especialmente en Latam. ¿Cuál está siendo vuestra experiencia allí, concretamente en México?
A nivel global, llevamos trabajando varios años con partners.
¿Partners tecnológicos o partners distribuidores?
Distribuidores, principalmente (especialmente en Latam) aunque también tenemos partners tecnológicos. En México hemos creado recientemente un proyecto de implantación con Pay Retailers, una plataforma de pagos muy importante y de ámbito internacional. También tenemos como clientes en Chile y Perú a la inmobiliaria Remax. Nos queremos dirigir especialmente al mercado de la gran corporación, como bancos.
Déjame decirte que recientemente conseguimos una importante inyección a través de una ronda de financiación (que nos ha permitido expandirnos hacia el mercado inglés con una oficina propia en Londres y que también nos ha permitido crecer estructuralmente ampliando, por ejemplo, la plantilla tecnológica y la comercial,
Javier, por tu cargo, estás en permanente contacto con vuestros clientes. ¿Quién acoge mejor vuestra tecnología: un despacho o un departamento legal?
Los objetivos de los clientes son diferentes en cada caso. Una gran firma, cuando contrata nuestra solución, lo que busca principalmente es ahorro de tiempo, y por tanto, de dinero. Después valoran las ventajas que suponen que todos los abogados usen documentos con la marca corporativa, o que todas las cláusulas del documento hayan sido revisadas por el departamento de gestión del conocimiento. En una gran corporación la primera motivación es la seguridad, lo que no significa que no valoren el ahorro de tiempo y dinero. La seguridad de que el contenido de ese contrato es totalmente correcto, ya que la revisión de esos documentos es mucho más rápida y ágil cuando se automatiza.
El documento estrella en los despachos es la propuesta de servicios, que le supone mucho trabajo cuando no se automatiza.
«Al contratar Bigle Legal, una firma legal busca fundamentalmente ahorro de tiempo, y a una corporación le motiva más la seguridad»
Me parece muy curioso lo que me dices. Hemos hablado mucho sobre Bigle Legal y poniendo como ejemplos la automatización de contratos de arrendamiento, e incluso la de formularios procesales como demandas, pero nunca hemos mencionado la automatización de propuestas de servicios; es decir, de hojas de encargo más desarrolladas. Y tiene mucho sentido, porque te ayuda a generar más negocio.
Totalmente. La propuesta de servicios es lo primero que ven los despachos, ya que es el documento que emplean el cien por cien de las firmas. Tiene muchas ventajas porque si decides cambiar las tarifas, con pocos clics todas las propuestas saldrán actualizadas. Bigle Legal nace, como hemos dicho, con la vocación de automatizar documentos jurídicos, porque son los que, si se comete un error, más responsabilidad conllevan. Pero realmente sirve para automatizar cualquier tipo de documento recurrente.
«A la hora de automatizar documentos, el documento estrella en los despachos es la propuesta de servicios»
Todo lo que me cuentas me hace pensar en una frase del gran Moisés Barrio en el libro “Legaltech: la transformación digital de la abogacía”: Todo lo que sea automatizable, se automatizará.
Cualquier documento que siga un proceso lógico es apto para ser automatizado. Los grandes gurúes de la tecnología consideran que no automatizar documentos o tareas rutinarias supone un agujero negro en las organizaciones por el que sin darse cuenta se va mucho dinero.
¿Cuál es vuestra experiencia con pequeñas firmas o despachos unipersonales? Entendemos que la rentabilidad obtenida a través de vuestra herramienta es directamente proporcional a la cantidad de documentos recurrentes que se emplean o generen.
Nuestro enfoque estratégico es el gran despacho y la gran corporación, aunque evidentemente tenemos clientes en despachos medianos y pequeños. El retorno es evidente: lo que antes podías tardar en hacer una semana, ahora lo puedes hacer en dos horas. Y eso beneficia a todo tipo de organizaciones. Obviamente, cuantos más documentos se generen, mayor será el ahorro. Pero también te digo que tenemos clientes que sólo emplean Bigle Legal para la propuesta de servicios, y el ahorro que consigan es sustancial.
«No automatizar documentos o tareas rutinarias supone un agujero negro en las organizaciones por el que sin darse cuenta se va mucho dinero»
Llevamos tiempo diciendo que el abogado, cuando contrata una herramienta como Bigle Legal, tiene que poner de su parte y remangarse para identificar esos campos variables, cláusulas, condicionantes, etc., que existen en todo tipo de contratos. Y ahora venís vosotros y ofrecéis un equipo para llevar a cabo esa tarea, que no deja de ser un trabajo bastante previsible, y para el cual no es preciso el talento de un gran jurista.
Bigle Legal está pensada para que el propio usuario sea capaz de automatizar sus documentos sin necesidad de recurrir a nuestros servicios. Dotamos a la plataforma de herramientas basadas en inteligencia artificial para que sea muy sencillo usarla. Dicho esto, ofrecemos servicios de automatización a través de nuestro departamento de operaciones, que también se encarga de implantar los proyectos. Los miembros de este equipo son abogados, lo que hace que entiendan rápidamente lo que nuestros usuarios necesitan. Mediante este servicio, el cliente comparte el documento en cuestión y sobre el mismo va indicando todas las condicionantes que hay, por ejemplo. Lo que queremos es que el cliente nos dé su know how en ese documento, y nosotros nos encargamos de automatizarlo.
Supongo que en este servicio la cláusula de confidencialidad es de uso obligado. Por cierto, las NDA siempre han sido ejemplos de automatización documental, especialmente empleando tecnología chatbot.
Sin duda. Siempre firmamos con nuestros clientes cláusulas de confidencialidad. Ellos ponen en nuestras manos su conocimiento y tenemos que garantizarles que no se va a hacer un uso fraudulento ni a reutilizar de ningún modo.
Muy bien: lo que se automatiza en Bigle Legal, se queda en Bigle Legal. Pero volvamos al principio de nuestra conversación y hablemos de vuestro ‘pivotaje’ hacia el CLM. ¿Qué tipo de funcionalidades habéis creado para gestionar eficazmente el ciclo de vida de los contratos? Estamos pensando, por ejemplo, en alertas en aquellos campos variables sobre fechas que aparecen cláusulas de vencimiento.
Sí, esa es una de las funcionalidades que sacamos a principios de año, y está muy vinculada a la postfirma. Como decías, la evolución de Bigle Legal hacia un CLM es totalmente lógica. Y nosotros hemos ido creciendo en función de lo que nos han pedido nuestros clientes. Lo primero que nos dijeron es la necesidad de firma. Entonces nos integramos con otras herramientas de firma electrónica. Y luego llegó el momento en el que teníamos que estandarizar totalmente el software, y creamos la plataforma 3.0 que, entre otras cosas, nos permite escalar con más facilidad, es más atractiva visualmente y no se limita únicamente a la generación de contratos sino que proporciona funcionalidades muy valiosas como la de compartir documentos con terceros, guardar trazabilidad de todo lo que se hace, trasladar ese documento a otro flujo de trabajo, etc. Otra funcionalidad muy chula es la de Negociación, muy parecida al control de cambios de Word pero que en este caso el documento no sale de la plataforma, garantizando la trazabilidad. Finalmente, esta nueva plataforma tiene grandes posibilidades de integración a través de una API.
Nos están describiendo las funcionalidades de un gestor documental. Por cierto, ¿crees que los usuarios del sector legal son conscientes de la importancia de tener su conocimiento jurídico totalmente resguardado, tanto en reposo como en tránsito o en destino?
Nosotros ofrecemos nuestro repositorio, que como ves es muy versátil, pero hay otros clientes, especialmente corporativos, que tienen sus propios gestores documentales, y lo que hacemos es diseñar una integración para adaptarnos a las necesidades de cada cliente.
«Contract Lifecycle Management es una realidad que genera un cambio cultural muy grande en las organizaciones»
Hablemos de predicciones. En nuestra Guía Legaltech tenemos un capítulo de vaticinios realizados por excelentes profesionales. Y en esta edición de 2022, Alejandro Esteve, tu jefe, auguraba que 2022 «Es el año de la automatización de documentos y del legal operations. Crear contratos desde 0 o desde una plantilla toma tiempo y es poco fiable. La automatización de documentos permitirá durante el 2022 que muchos equipos legales programen contratos y otros documentos con todo el knowledge que atesoran, de forma que cualquiera, sin necesidad de contar con conocimientos técnicos, pueda crear contratos sin errores y que sigan el patrón marcado por la compañía». También hizo lo propio la gran Sara Molina, que asegura que “Las tendencias tecnológicas en 2022 en el sector estarán marcadas por la automatización de contratos, de procesos y una optimización de las operaciones o, software para la gestión del ciclo de vida del contrato”. ¿Crees que, cuando ya estamos cerca de 2023, podemos confirmar estas predicciones? ¿Qué papel juega el CLM en el campo de las legal operations?
Creo que estas predicciones son muy acertadas porque el CLM se encuentra en un momento muy dulce. Ya no es una moda, es una realidad que genera un cambio cultural muy grande en las organizaciones. Una vez que lo usas ves el beneficio inmediatamente. A día de hoy todo el mundo sabe que una tarea no automatizada es una tarea que tiene un coste extra.
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